Llega el momento de la explicación, algo más o menos así: "Bueno.... sí, me gusta... -bajo, casi un cuchicheo, una confesión-...., ¿vienes conmigo?", cara rara de mi oyente y mirada suspicaz, quizá buscando la marca que delate que debajo de mis 27 años cumplidos esconda, cual Berlusconi pero en Vallecas, la marca que delate mis, según veo que empieza a pensar, 89 años o más.
Esta situación solía producirse -afortunadamente mis dos compañeras de blog tienen gustos parecidos a los míos- cuando intentaba que alguien que no sea de este reducido grupo me acompañara a escuchar música clásica. Todavía me sigue pasando en cuanto intento ampliar el círculo y es que, ¡ay, Fernando Argenta!, me da que tus intenciones, aunque buenas, no terminaron de cuajar.
Sin embargo, y a pesar de topicazos tipo 'la música clásica es para viejos' o el que hace poco me dijeron: 'para que vas a escuchar 'eso', teniendo a Coldplay por España', -amigos, también me gustan los Rolling Stones o U2, no hay que excluir ningún estilo de música- hoy vamos desde este humilde espacio a quitarnos los miedos hacia los clásicos, porque ¿quién no ha taradeado más de una vez a Mozart, Beethoven o Tchaikovsky?
Paso uno: fuera tópicos. Que no, que no es cosa de viejos, los clásicos son para todas las edades y con poquito que te guste el cine o las series de televisión verás que no son tan 'extraños' como te piensas [pinche en las imágenes para ver los vídeos].
Paso dos: manos a la obra. Lo mejor es empezar por lo seguro, así que vamos con el cine. En la película 'Recuerdos', Woody Allen aseguraba que: "No sé mucho sobre música clásica. Durante años pensé que las Variaciones de Goldberg eran algo que el Sr. y la Sra. Goldberg intentaron en su noche de bodas". Sin embargo, con sólo escuchar la escena en la que Hannibal Lecter se escapa en 'El silencio de los corderos', podremos evitar las lagunas de Allen.
No sabemos cómo le sentaría, pero desde luego parece que Bach es el rey entre los malvados del cine. Así que ya saben, si quieren meterse en el pellejo de Hannibal Lecter o disfrazarse el 1 de noviembre de los malvados por excelencia de la Historia, los nazis -como cuando tocan Suite inglesa nº 2 en 'La lista de Schindler'-, no se olviden hacerse escuchar con esta música:
Y si prefieren algo más psicodélico, Beethoven es el autor más solicitado por los chicos de 'La naranja mecánica'... Bueno él y el dar palizas a la gente:
Pero no se crean. Los 'buenos' también son unos aficionados a la buena música. Y es que ¿qué mujer se resistiría a los embrujos de 'Los cuentos de Hoffmann' de Offenbach? La banda sonora de la historia de amor entre Guido y Dora en 'La vida es bella'. Pero no es la única. ¿A quién no le gustaría que Robert Redford le lavase en cabello en plena sabana? En 'Memorias de África', junto con la bucólica banda sonora de John Barry, Pollack puso en el gramófono del 'rubio de oro' a Mozart y, de ambos, se quedó prendada Meryl Streep -te entendemos querida-. Y luego también existe el amor a la profesión, ese que culmina por ejemplo, no sin dificultades, el actual 'Tintín' y para muchos de nosotros el eterno 'Billy Elliot'.